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Noticias - 06 Sep 2017

Boletín de análisis trimestral. abril -junio 2017

Institucionalidad democrática y desarrollo

Crecimiento y reducción de pobreza: fragilidades

Uno de los conceptos publicitarios más divulgados por el gobierno del inconstitucional Daniel Ortega ha sido el de su relevante gestión económica. Pasados más de diez años desde su ascenso al poder se pueden medir con mayor claridad los resultados para Nicaragua. En el análisis trimestral pasado valoramos el pobre desempeño del país medido por el Índice de Desarrollo Humano de 2015. En esta ocasión pondremos de relieve algunas reflexiones en el contexto del diagnóstico de país realizado por una misión del Banco Mundial y publicado en junio pasado.

Durante los años noventa, se realizaron reformas estructurales de gran magnitud en la economía nicaragüense, en el sistema financiero, el comercio exterior, la propiedad estatal, el comercio interno, la política fiscal y monetaria. Acompañando la reforma económica se desarrollaron programas de amortiguamiento social de alcance limitado. A pesar de su proclamación anti neoliberal, el gobierno de Ortega se ha limitado a la administración del modelo fiscal, monetario y comercial establecido en esos años, incluyendo los tratados de libre comercio suscritos por los gobiernos previos.

La política económica del gobierno de Ortega se ha limitado a asegurar la estabilidad financiera y fiscal, la promoción de la inversión extranjera y los acuerdos y garantías otorgadas al gran capital nicaragüense y extranjero sobre sus empresas.