Organizaciones civiles por la democracia
Organizaciones civiles por la democracia
- 26 Oct 2008
Carta de españoles ante "deriva autoritaria" de Ortega
Carta abierta al presidente Daniel Ortega
Nos dirigimos a usted y a la dirección del FSLN, en calidad de mujeres y hombres militantes en la solidaridad con Nicaragua desde hace tres décadas, sandinistas de corazón y de convicciones, para expresarle nuestra más profunda preocupación por la deriva autoritaria de su Gobierno, alejado cada día más de los nobles ideales libertarios del general Sandino.
Durante los últimos meses, utilizando un lenguaje de izquierda ustedes están practicando una política propia de una cultura excluyente, consistente en perseguir a personas y organizaciones sociales y políticas que se atreven a criticar políticas concretas de su gobierno. Para ello, ustedes están impulsando campañas que pretenden señalar a las y los represaliados como parte activa de una conspiración extranjera aliada del imperialismo norteamericano, extendiendo la calumnia y tratando de neutralizar de este modo las razones de los opositores. Mediante el uso partidario de los órganos de justicia y de la fiscalía, ustedes están violando el estado de derecho.
Además, las amenazas, los chantajes y las injurias han pasado a formar parte de su campaña contra personas y organizaciones sociales comprometidas con el pueblo de Nicaragua. Es así que el periódico El 19, voz oficial de su partido, constituye hoy un espacio de agitación y propaganda propio de quienes han perdido el sentido de la proporción y actúan viendo enemigos en quienes desde hace muchos años ejercen la solidaridad con el pueblo de Nicaragua, apoyando a muchas de sus organizaciones y a las comunidades más pobres. De hecho, muchas ONGs y organizaciones de solidaridad internacionalista han sido aliados de la revolución sandinista en la época de la resistencia al imperialismo y, después de 1990, al neoliberalismo. Es verdad que no todas las ONGs participan de la misma filosofía y del mismo compromiso por el cambio social, pero una buena parte de ella es leal y coherente con los intereses del pueblo nicaragüense de igualdad, justicia, libertad y democracia.
Los ataques que su gobierno y partido están dirigiendo contra organizaciones sociales y en particular contra los movimientos de mujeres, le retratan a usted como presidente incapaz de entender que la libertad lo es también para quienes piensan distinto, en palabras de Rosa Luxemburgo. Ciertamente, las críticas de las que participamos los firmantes son particularmente importantes: usted ha hecho un pacto de hierro con Arnoldo Alemán, el hombre más corrupto de la historia reciente de Nicaragua para asegurarse la impunidad mutua ante la justicia y de paso consolidar un régimen bipartidista; ha hecho un pacto antinatura con el cardenal Obando, otrora llamado general de la contra, que le ha llevado a usted a una especie de conversión vaticana en la versión más retrógada, al tiempo que hace al Estado cada vez más confesional; como consecuencia de todo ello y a modo de autodefensa está tratando de imponer la ley del silencio en el campo de la crítica y la oposición. Algunas mejoras sociales no pueden justificar sus abusos de poder.
En particular rechazamos la persecución contra las mujeres, hombres y organizaciones que defienden derechos esenciales y condenan la suspensión de la ley del aborto terapéutico, lo que ha llevado a que Nicaragua figure en la lista de países más atrasados en el ámbito de los derechos fundamentales. El discurso de su gobierno sobre el aborto es el propio de una derecha vinculada a una religiosidad fundamentalista.
Presidente Daniel Ortega, en la catedral de Managua y ante el “jefe espiritual de la Contra”, cardenal Obando, usted pidió perdón por el intento del pueblo de Nicaragua, en los años 80, de hacer una Revolución que condujera al país a las más altas cotas de bienestar y justicia social y por la que murieron muchos de los mejores hijos e hijas de Nicaragua. Ante ello sólo podemos sentir vergüenza y decir con la cabeza bien alta que nosotros y nosotras sentimos orgullo de haber acompañado al pueblo de Nicaragua en ese empeño y que jamás olvidaremos a las víctimas del imperialismo yanqui y de sus colaboradores como el cardenal Obando y Bravo.
Debe usted saber que su política encuentra cada vez mayores rechazos en el campo de la izquierda social y política, en América Latina y en Europa, multiplicándose las protestas y las críticas. Los vetos a su presencia en algunos países por parte de colectivos feministas, las reservas cada vez más serias de partidos del foro de Sao Paulo, los rechazos de muchos movimientos sociales, son expresión de su progresivo aislamiento.
Quienes suscribimos esta carta le pedimos, le reclamamos, que respete la libertad de crítica y los espacios mediáticos y organizativos de quienes le critican. En ello consiste la democracia. Le exigimos asimismo que retire la campaña inmoral de difamación contra mujeres, hombres y organizaciones sociales. Le exigimos que retire de las calles a sus “fuerzas de choque” que se dedican a agredir violentamente a sus opositores. Le reclamamos que deje de usar a la justicia para una guerra sucia contra ONGs.
Presidente Daniel Ortega,
En nombre de la justicia y de la libertad ¡Cese la represión!
FIRMAN
PROFESIONALES DEL ÁMBITO ACADEMICO, DE LA COOPERACIÓN Y DEL MOVIMIENTO FEMINISTA
ESTADO ESPAÑOL:
Clara Murguialday Luis Nieto Pereira
Alfonso Dubois Marisa Lamas
Empar Pineda Luis Guridi
Iosu Perales Koldo Unceta
Maribi Lamas Dominic Wyatt
Alberto Romero Marivi Hernández
Idoye Zabala Santiago Víctor Pozas
José Antonio Alonso Isabel Otxoa
Isaías Barreñada Juan Luis Uría
José A. Sanahuja Manuela Mesa
Jaume Botey Tono Albareda
Amaia Elicegui Marcos Alonso
Agustín Callejo Cristina Fernández Plaza
Gabriela Serra Juan Hernández
Miguel Angel Gutiérrez Mª Pilar Massana
Josefina Ortiz Luis Suárez-Carreño
Miguel A. Martínez del Arco María Montesinos
Nieves Gómez Vilaseca Angeles Martínez Migueles
María José Calvo Montserrat Rafanell
Adolfo Rodríguez Pedro Moreno
26 de octubre de 2008
Nos dirigimos a usted y a la dirección del FSLN, en calidad de mujeres y hombres militantes en la solidaridad con Nicaragua desde hace tres décadas, sandinistas de corazón y de convicciones, para expresarle nuestra más profunda preocupación por la deriva autoritaria de su Gobierno, alejado cada día más de los nobles ideales libertarios del general Sandino.
Durante los últimos meses, utilizando un lenguaje de izquierda ustedes están practicando una política propia de una cultura excluyente, consistente en perseguir a personas y organizaciones sociales y políticas que se atreven a criticar políticas concretas de su gobierno. Para ello, ustedes están impulsando campañas que pretenden señalar a las y los represaliados como parte activa de una conspiración extranjera aliada del imperialismo norteamericano, extendiendo la calumnia y tratando de neutralizar de este modo las razones de los opositores. Mediante el uso partidario de los órganos de justicia y de la fiscalía, ustedes están violando el estado de derecho.
Además, las amenazas, los chantajes y las injurias han pasado a formar parte de su campaña contra personas y organizaciones sociales comprometidas con el pueblo de Nicaragua. Es así que el periódico El 19, voz oficial de su partido, constituye hoy un espacio de agitación y propaganda propio de quienes han perdido el sentido de la proporción y actúan viendo enemigos en quienes desde hace muchos años ejercen la solidaridad con el pueblo de Nicaragua, apoyando a muchas de sus organizaciones y a las comunidades más pobres. De hecho, muchas ONGs y organizaciones de solidaridad internacionalista han sido aliados de la revolución sandinista en la época de la resistencia al imperialismo y, después de 1990, al neoliberalismo. Es verdad que no todas las ONGs participan de la misma filosofía y del mismo compromiso por el cambio social, pero una buena parte de ella es leal y coherente con los intereses del pueblo nicaragüense de igualdad, justicia, libertad y democracia.
Los ataques que su gobierno y partido están dirigiendo contra organizaciones sociales y en particular contra los movimientos de mujeres, le retratan a usted como presidente incapaz de entender que la libertad lo es también para quienes piensan distinto, en palabras de Rosa Luxemburgo. Ciertamente, las críticas de las que participamos los firmantes son particularmente importantes: usted ha hecho un pacto de hierro con Arnoldo Alemán, el hombre más corrupto de la historia reciente de Nicaragua para asegurarse la impunidad mutua ante la justicia y de paso consolidar un régimen bipartidista; ha hecho un pacto antinatura con el cardenal Obando, otrora llamado general de la contra, que le ha llevado a usted a una especie de conversión vaticana en la versión más retrógada, al tiempo que hace al Estado cada vez más confesional; como consecuencia de todo ello y a modo de autodefensa está tratando de imponer la ley del silencio en el campo de la crítica y la oposición. Algunas mejoras sociales no pueden justificar sus abusos de poder.
En particular rechazamos la persecución contra las mujeres, hombres y organizaciones que defienden derechos esenciales y condenan la suspensión de la ley del aborto terapéutico, lo que ha llevado a que Nicaragua figure en la lista de países más atrasados en el ámbito de los derechos fundamentales. El discurso de su gobierno sobre el aborto es el propio de una derecha vinculada a una religiosidad fundamentalista.
Presidente Daniel Ortega, en la catedral de Managua y ante el “jefe espiritual de la Contra”, cardenal Obando, usted pidió perdón por el intento del pueblo de Nicaragua, en los años 80, de hacer una Revolución que condujera al país a las más altas cotas de bienestar y justicia social y por la que murieron muchos de los mejores hijos e hijas de Nicaragua. Ante ello sólo podemos sentir vergüenza y decir con la cabeza bien alta que nosotros y nosotras sentimos orgullo de haber acompañado al pueblo de Nicaragua en ese empeño y que jamás olvidaremos a las víctimas del imperialismo yanqui y de sus colaboradores como el cardenal Obando y Bravo.
Debe usted saber que su política encuentra cada vez mayores rechazos en el campo de la izquierda social y política, en América Latina y en Europa, multiplicándose las protestas y las críticas. Los vetos a su presencia en algunos países por parte de colectivos feministas, las reservas cada vez más serias de partidos del foro de Sao Paulo, los rechazos de muchos movimientos sociales, son expresión de su progresivo aislamiento.
Quienes suscribimos esta carta le pedimos, le reclamamos, que respete la libertad de crítica y los espacios mediáticos y organizativos de quienes le critican. En ello consiste la democracia. Le exigimos asimismo que retire la campaña inmoral de difamación contra mujeres, hombres y organizaciones sociales. Le exigimos que retire de las calles a sus “fuerzas de choque” que se dedican a agredir violentamente a sus opositores. Le reclamamos que deje de usar a la justicia para una guerra sucia contra ONGs.
Presidente Daniel Ortega,
En nombre de la justicia y de la libertad ¡Cese la represión!
FIRMAN
PROFESIONALES DEL ÁMBITO ACADEMICO, DE LA COOPERACIÓN Y DEL MOVIMIENTO FEMINISTA
ESTADO ESPAÑOL:
Clara Murguialday Luis Nieto Pereira
Alfonso Dubois Marisa Lamas
Empar Pineda Luis Guridi
Iosu Perales Koldo Unceta
Maribi Lamas Dominic Wyatt
Alberto Romero Marivi Hernández
Idoye Zabala Santiago Víctor Pozas
José Antonio Alonso Isabel Otxoa
Isaías Barreñada Juan Luis Uría
José A. Sanahuja Manuela Mesa
Jaume Botey Tono Albareda
Amaia Elicegui Marcos Alonso
Agustín Callejo Cristina Fernández Plaza
Gabriela Serra Juan Hernández
Miguel Angel Gutiérrez Mª Pilar Massana
Josefina Ortiz Luis Suárez-Carreño
Miguel A. Martínez del Arco María Montesinos
Nieves Gómez Vilaseca Angeles Martínez Migueles
María José Calvo Montserrat Rafanell
Adolfo Rodríguez Pedro Moreno
26 de octubre de 2008